La privacidad de la vida de las personas dio un vuelco exponencial con el auge de las redes sociales. Si antes de la aparición de Facebook hacías un viaje, lo sabían las personas a las que tú se lo habías dicho. Si ahora haces un viaje, todo el que esté interesado podrá saberlo si lo publicas en tus redes sociales.
La irrupción de las redes sociales en la vida de las personas se produjo de una forma muy rápida. Hemos pasado de hablar con nuestros amigos más cercanos a través del ya desaparecido Messenger a utilizar a diario las redes sociales compartiendo con millones de personas nuestros datos, nuestras fotos, nuestros pensamientos, nuestra intimidad.
La privacidad de la vida de las personas dio un vuelco exponencial con el auge de las redes sociales. Si antes de la aparición de Facebook hacías un viaje, lo sabían las personas a las que tú se lo habías dicho. Si ahora haces un viaje, todo el que esté interesado podrá saberlo si lo publicas en tus redes sociales.
Éstas pueden ser decisivas a la hora de conseguir o no un trabajo. Por todos es sabido que muchísimos departamentos de Recursos Humanos revisan las redes sociales de sus candidatos, en busca de algo que no guste o simplemente por "conocer" un poco más al posible candidato.
Foto inadecuada: La foto de perfil es nuestra señal de identidad, la primera impresión que se llevará el seleccionador de recursos humanos que esté husmeando por tu perfil de Facebook. Consejo: si tienes una foto de perfil ebrio, enseñando más carne de la adecuada o simplemente una fotografía vergonzosa, por favor, cámbiala y poné una un poco más “profesional”.
Ausencia de foto en el perfil: Tan grave es tener de foto de perfil una foto indecente como la ausencia de ella. Tener un perfil en una red social y no tener una foto de perfil puede ir en nuestra contra a la hora de buscar trabajo. Cuando el director de Recursos Humanos vea que no tienes foto pública de perfil puede pensar que eres una persona que se esconde, insegura, introvertida y más cosas que no te ayudarán a ganarte ese puesto de trabajo. Consejo: utilizar siempre una foto de perfil adecuada en la que se vea bien la cara. No seas un huevito en Twitter ni una silueta en Facebook.
Hablar mal de tu trabajo. Cuando estamos estresados en el trabajo, con nuestra vida personal o con cualquier otra cosa, uno de los impulsos más frecuentes es el de publicarlo en alguna red social para desahogarnos y contar nuestras penas. No soy partidario de esta práctica. Pero una cosa que tenés que evitar a toda costa es hablar mal de tu trabajo. Insultar a tus compañeros o a tus jefes. Puede que no tengas agregado a tu jefe en Facebook, pero si escribes un post poniéndolo a parir, siempre hay buenos compañeros dispuestos a enseñarle qué dicen sobre él en las redes sociales. Esto puede costarte tu puesto de trabajo. De hecho, es muy común leer alguna noticia de alguien que perdió su trabajo por esta práctica. Si actualmente no tienes trabajo pero hablaste mal de tus anteriores trabajos o superiores, esto puede verlo el seleccionador y te quedarás fuera. Así que haznos caso, repasa los últimos comentarios o tweets por si hay alguno “sensible”. Consejo: Ahórrate tus quejas laborales para los viernes por la noche con tus amigos en el bar.
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