lunes, 5 de junio de 2017

El futuro del empleo: ganadores y perdedores en el mundo del trabajo

Robótica, inteligencia artificial, ciberseguridad, Internet de las Cosas y nanotecnología son las áreas con más proyección.



Los economistas Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, de la Universidad de Oxford, advirtieron el año pasado que el 47% de las ocupaciones corre el riesgo de desaparecer bajo la dictadura tecnológica que impondrán los robots, una tesis que otros expertos y organismos como la OCDE rebaten -sólo están en peligro el 9%, según la organización-. A la vez, algunas investigaciones apoyan la llamada paradoja de Solow, que determina que las nuevas tecnologías no tienen efecto en la productividad porque necesitan unas inversiones que obedecen a unos criterios de rentabilidad demasiado elevados. En suma, el mundo puede estar viviendo una ilusión y, pese a todo, no es capaz de contener el pánico a que la tecnología aniquile el trabajo.

¿Lo hará? Una respuesta cerrada a esta cuestión es tan fiable como un horóscopo. En lo único en lo que coinciden los expertos consultados es en que el trabajo se transforma. Y lo hace muy rápido. EAE Business School acaba de publicar un estudio que determina que los puestos más demandados dentro de dos o tres años por grandes empresas serán, en este orden: especialista en análisis de datos, ingeniero informático, responsable de estrategia digital y comercial (digital). Así de concreto. "Claramente, las dos familias más destacadas serán las que tengan que ver con comercio y tecnología. El big data en 2014 ocupaba la posición 20 y ha subido hasta la primera", destaca Pilar Llácer, directora del estudio.
El apellido "digital" es la nueva esperanza blanca. "Todas las posiciones relacionadas con tecnología que se demandarán son de reciente creación", dice. Es la reconversión de las profesiones de toda la vida, como la del comercial, que ahora tendrá que fidelizar a un cliente al que no le ve la cara, en un entorno online. Muchos otros puestos están por descubrir, porque, igual que la aplicación de mensajería Whatsapp no existía hace ocho años, habrá tecnologías y desarrollos que no se conozcan "y que exijan otros conocimientos", añade Llácer.