El 70% de los menores con 12 años tiene a su disposición un teléfono móvil, y de ellos, el 40% reconoce que hace un uso excesivo de él, según datos de la asociación Proyecto Hombre. Este mal uso se traduce con frecuencia en un aumento de las horas de conexión o incluso en una disminución del rendimiento escolar.
La extensión del acceso a internet (el 83,4% de los hogares españoles en 2017, según datos del INE) forma parte del crecimiento y el desarrollo tecnológico que experimenta la sociedad, que se enfrenta, no obstante, al uso que los usuarios hagan de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En este sentido, desde Proyecto Hombre advierten de que siete de cada diez niños con 12 años tiene móvil -cifra que asciende hasta el 94% en el caso de los niños con 15 años-, y el 40% reconoce abusar de él, lo que deriva en un «aumento de los menores atendidos por uso problemático de las TIC».
En Proyecto Hombre, como indican en un comunicado, han pasado de atender en 2013 a tres jóvenes en toda España por un uso inadecuado de las nuevas tecnologías, a dar apoyo a 51 menores en 2017. «No podemos buscar el problema en las TIC, sino en el uso que se hace de ellas», apunta el presidente de Proyecto Hombre, Luis Bononato.
El uso problemático de la tecnología se nutre de un «contexto» que lo «facilita o provoca, y no al revés». En esta línea, Bononato destaca el papel que tienen los padres en la educación de sus hijos, que no pueden «delegar en terceros», dado que el «menor no va a tener recursos para superar situaciones o para relacionarse con otros jóvenes».
No obstante, existen indicios que alertan de un posible mal uso de la tecnología por parte de los menores, como el estado de ánimo o la forma de relacionarse. Se puede mencionar la pérdida de interés, la falta de desarrollo personal para enfrentarse directamente a las situaciones, la bajada en el rendimiento escolar, la falta de sueño, el malhumor y el aislamiento familiar y social como algunas de las señales de alerta.
Se trata de «situaciones extremas», como apunta el presidente de Proyecto Hombre, ante las que es "importante" mantenerse alerta y ser capaces de identificar a tiempo "conductas desordenadas". No obstante, Bononato matiza que «sería un anacronismo renunciar a los múltiples beneficios que nos ofrecen las TIC», para lo que hay que «hacer un correcto uso de las mismas».
La extensión del acceso a internet (el 83,4% de los hogares españoles en 2017, según datos del INE) forma parte del crecimiento y el desarrollo tecnológico que experimenta la sociedad, que se enfrenta, no obstante, al uso que los usuarios hagan de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En este sentido, desde Proyecto Hombre advierten de que siete de cada diez niños con 12 años tiene móvil -cifra que asciende hasta el 94% en el caso de los niños con 15 años-, y el 40% reconoce abusar de él, lo que deriva en un «aumento de los menores atendidos por uso problemático de las TIC».
En Proyecto Hombre, como indican en un comunicado, han pasado de atender en 2013 a tres jóvenes en toda España por un uso inadecuado de las nuevas tecnologías, a dar apoyo a 51 menores en 2017. «No podemos buscar el problema en las TIC, sino en el uso que se hace de ellas», apunta el presidente de Proyecto Hombre, Luis Bononato.
El uso problemático de la tecnología se nutre de un «contexto» que lo «facilita o provoca, y no al revés». En esta línea, Bononato destaca el papel que tienen los padres en la educación de sus hijos, que no pueden «delegar en terceros», dado que el «menor no va a tener recursos para superar situaciones o para relacionarse con otros jóvenes».
No obstante, existen indicios que alertan de un posible mal uso de la tecnología por parte de los menores, como el estado de ánimo o la forma de relacionarse. Se puede mencionar la pérdida de interés, la falta de desarrollo personal para enfrentarse directamente a las situaciones, la bajada en el rendimiento escolar, la falta de sueño, el malhumor y el aislamiento familiar y social como algunas de las señales de alerta.
Se trata de «situaciones extremas», como apunta el presidente de Proyecto Hombre, ante las que es "importante" mantenerse alerta y ser capaces de identificar a tiempo "conductas desordenadas". No obstante, Bononato matiza que «sería un anacronismo renunciar a los múltiples beneficios que nos ofrecen las TIC», para lo que hay que «hacer un correcto uso de las mismas».